¡Hola, festibalconeros!
Sabemos que hemos estado fuera mucho tiempo, pero es por una buena razón: todo el trabajo está mereciendo la pena y esto va marchando. No os vamos a negar que nos ha costado, pero caminamos. Si nos seguís en las redes, Facebook o Twitter, ya habrás podido ver nuestro primer cartel… Pero eso lo dejamos para la próxima entrada, que ahora tenemos algo que contaros. Y para nosotros es muy importante que lo sepáis.
Fuera de las «bromas» y del tono ligero de las entradas de este blog a modo de «Querido diario» con el que os queremos contar cómo va nuestro prusés y el laaaaaargo camino que seguimos hasta que llegue septiembre, hoy nos vamos a poner medianamente serios (y quizá un poco moñas) para contaros la que, para nosotros, es la novedad más importante del FestiBalc 2016. Y va mucho más allá de unas fechas, un lugar o unos grupos. Va de cómo entendemos nosotros la música, el arte y la cultura. Un planteamiento sin el que no se puede entender lo que queremos hacer, por qué lo hacemos y para qué trabajamos cada día.
Como diría el sombrerero loco, comenzamos por el comienzo: la cultura en Zamora está despertando. No es una opinión, es algo que cualquier persona que viva en ella y que la trote y la exprima puede ver. Cada vez hay más movimiento, más compromiso, más iniciativas, más gente que se une, más grupos, más conciertos, más vida. ¿Por qué? ¿A qué se debe esto? No creemos que exista una única y exclusiva respuesta, y no es el tema principal de esta entrada, pero lo que sí tenemos claro es que nos encanta ser parte de este cambio y lucharemos hasta dejarnos la piel para serlo. Nos gusta pensar que la edición anterior ayudó a ello y esa es la razón básica para que llevemos desde diciembre trabajando en esto. Y no, no os vamos a engañar: tenemos momentos de bajón, de verlo todo negro, de querer matarnos y dejarlo todo, porque montar esto es MUY difícil. Pero esperemos que al final compense.
Para nosotros, la cultura es un bien inmaterial al que todo el mundo debería tener acceso de una u otra forma, porque es un derecho humano y contribuye a la propia formación personal en valores. FestiBalc es una actividad gratuita que no se entendería de otra manera, es algo abierto a todo el mundo y está planteado desde esa perspectiva: que la música salga a la calle y que todo el mundo la disfrute con el simple gesto de mirar hacia arriba. Pero eso no significa que el trabajo de un artista no haya que pagarlo.
Aunque muchos no lo saben, la primera edición de FestiBalc se realizó a coste cero para demostrar que organizar algo así no era imposible y que, con voluntad y trabajo, se podía hacer: nadie cobró nada. Ni los músicos de todos los grupos que participaron. Ni quien realizó la instalación de sonido. Ni quien puso los instrumentos. Ni quien ayudó a montar todo. Ni quien lo organizó. Ni quien lo grabó. N-a-d-i-e. Y por eso la palabra ‘gracias’ se queda pequeñísima para referirnos a todos los que lo hicieron posible.
Pero, a lo que vamos. ¿Alguien concebiría el hecho de no pagar al técnico que te arregla la lavadora? ¿O al profesor que educa a veinte niños? ¿Le dirías al arquitecto que ha diseñado tu casa ‘hala tío, te ha quedado mazo chula, muchas gracias, puedes irte‘? ¿Por qué un músico tiene que tocar gratis? ¿Quién le devuelve a él todo el tiempo que ha empleado en formarse, las tardes perdidas por ensayar, el dinero que se ha gastado en instrumentos y las noches tocando por ahí por dos duros para hacerse un nombre? La cultura nos da muchísimas cosas positivas y creemos que es de justicia devolverle algo a quien la hace posible, que es mucha gente. No, no es una cuestión de mercantilizar la música y la cultura sino de dignificarlas. De tomárnoslas en serio y no considerarlas un pasatiempo más al que nadie, aunque lleve años estudiando para ello, pueda dedicarse de manera profesional. No, los músicos, los diseñadores y la gente de la cultura no somos médicos o ingenieros de caminos, pero también somos necesarios y tenemos caprichitos tontos como comer o pagar el alquiler. Y no somos los únicos que lo pensamos.
Con esta base nos planteamos el FestiBalc 2016 allá por el mes de diciembre. Y desde entonces os podemos jurar que no hemos parado de trabajar para ello y de pensar (mucho) cómo hacerlo. Muchos mensajes, mucho Skype, mucha calle, muchas reuniones Zamora-Salamanca-Madrid. No sabemos muy bien ni cuánto podremos conseguir ni cómo lo haremos, pero queremos devolver a la gente, por lo menos, una mínima parte de lo que nos da –porque para hacerlo del todo, para pagar los cables echados, el buen rollo, las facilidades y las ideas prestadas, deberíamos contar con el presupuesto del Primavera Sound por lo menos-. Aunque sea una cantidad poco más que simbólica dadas nuestras posibilidades económicas, queremos que quien nos diseñe los carteles y el merchandising pueda llevarse algo más que las gracias y las enhorabuena-qué-guay-te-ha-quedado. Queremos que quien ponga todo el equipo no lo arriesgue a cambio de nada. Queremos que los músicos se lleven algo más que el fabuloso aplauso del público. Queremos que los voluntarios que hicieron posible la edición del año pasado se lleven, por lo menos, un bocadillo de mortadela, una botella de agua y una camiseta de staff.
Y sí, queremos que algún día podamos llevarnos algo más que el reconocimiento de nuestro trabajo por liarla tan gorda con lo de los balcones, aunque os podemos asegurar que es lo que va en último lugar en la lista de prioridades en este momento. De hecho, en esta edición no será posible, pero seguimos igual de ilusionados porque -de verdad- va a ser una pasada de festival. ¿Por qué llevamos meses trabajando en esto si no vamos a «llevarnos nada? Porque we’re not in this for the money. Ninguno de los implicados en este proyecto lo está o tendría la media dinero/hora más ridícula de la Historia. Pero si los músicos, los diseñadores, los técnicos o los organizadores seguimos trabajando gratis sistemáticamente año tras año tras año, estamos reventando la industria cultural. Y ya bastante maltrecha está la pobre gracias al IVA y las mordazas de otros que sí se lucran pero a quienes no importa absolutamente nada la cultura y todo lo bueno que nos da.
Si has seguido leyendo hasta aquí, enhorabuena y gracias. Hemos creído necesario explicar todo esto para que se entienda por qué hacemos lo que hacemos, por qué buscamos patrocinadores, por qué pasamos la gorrilla virtual y físicamente, por qué llamamos a las puertas. Tampoco os vamos a engañar en este tema: en estos meses de camino hemos encontrado a gente que se ha implicado de lleno y nos ha patrocinado (de ellos os hablaremos más adelante), que ha creído en nosotros desde el principio… Y otros muchos que, por falta de recursos o por razones diversas, no ha podido o no ha querido hacerlo. Este segundo grupo ha sido más numeroso de lo que esperábamos, y eso ha complicado las cosas y nos ha obligado a buscar otras fórmulas para sacar el festival adelante. Aunque en unos días os lo explicaremos con detalle, os adelantamos que vamos a necesitar vuestra ayuda: no haremos un crowdfunding, pero hemos preparado camisetas, chapas y demás merchandising con el que puedes colaborar con nosotros y apoyar el proyecto y la cultura zamorana.
Además de todo eso, si tienes una idea o quieres ayudarnos, ya sabes que estamos al otro lado de la pantalla en festibalc@gmail.com. Bueno, y al otro lado de la barra también puedes encontrarnos muchas veces. Gracias por seguir haciéndolo posible, por seguir animándonos y ayudándonos a que esto salga adelante, porque sin ese apoyo quizá hace meses que hubiésemos tirado la toalla. Zamora no se morirá mientras haya gente que se parta la cara para mantenerla viva. Esa es, simple y llanamente, nuestra lucha. ¿Te unes?

[…] todos. Como ya os contamos hace algunos meses, nuestro objetivo principal este año era crecer para intentar reconocer económicamente la labor de todos los músicos y creativos implicados en el festi…. No os podemos engañar y todo ha sido más difícil de lo que creíamos. Durante meses -unos […]
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